Luego con el tiempo fueron mejorando y ya eran decentes, se podían comer.
Pero se superaron llegando a lo inimaginable: competir con las de restaurante.
Gran parte del truco es que no son congeladas, sino "frescas". Caducan a los pocos días y se guardan en el frigorífico, no en la nevera.
La perfección suprema es la pizza Casa Tarradellas de jamón con queso de cabra. Serán caros los trozos de queso de cabra, pero al igual que en el Kebab, le dan un toque cojonudo, imprescindible. Antes traían sólo 3 trozos, pero ahora se estiran y ponen 4 :)

Por 2 euros y medio...

RECOMENDADÍSIMA!!!!!!
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