The Spirit Tracks no está tan mal

Lo cierto es que era un juego por el que no daba un duro, pero me lo regalaron y le dí un par de oportunidades.

En la primera oportunidad, me decepcionó más de lo que imaginaba. Se confirmó lo que me había imaginado del juego. Un clon de Phantom Hourglass, cambiando barco por tren y ampliamente limitado. Si ya se hacía un poco coñazo ir por el mar, ir en un tren que no puede salir por su vía es peor aún, pero en el fondo en Phantom Hourglass tampoco podías dirigir el barco (a diferencia de en Wind Waker). La sensación tras terminar el primer mundo es que se trata de un juego sencillo y limitado, peor que su predecesor y sin la originalidad de aquél (no el mundo inundado que ya venía de WW y que no existe en este, sino la mazmorra de los espectros).

Tras la segunda oportunidad descubro que el juego no está tan mal y acabo por terminarlo. No era corto cómo parecía, ni tan tan sencillo. Se echa de menos que sigamos sin tener cuartos de corazón, pero hay suficientes minijuegos secundarios opcionales.

El juego sí que aporta novedades que no existían en otros Zelda. De hecho, es el Zelda que más puede hacer homor a su nombre. Para bien o para mal, existe un giro hacia un mayor guión de aventura, aparecen muchas más situaciones y diálogos.

Al principio pensaba que el juego sería un calco de Phantom Hourglass que no debería haber existido. Ahora pienso que quizás el que sobra y no debiera haber existido es el Phantom Hourglass, al ser una mezcla entre Wind Waker y Spirit Tracks, y que debieron guardarse todos esos acertijos que vimos en PH para este ST, reuniendo lo mejor de los dos para hacer un único juego. Pero cómo digo, sobre un tren y no sobre un barco. Y sin un reloj de arena, pero con esos detalles que hicieron grande al Phantom Hourglass.