jueves, 3 de febrero de 2011

Ojos

Aprovechando mi situación de desempleo principalmente, aunque también la edad y la nueva normativa de humo en bares, me operé la miopía a principios de año.

No se necesita mucha preparación, un par de semanas sin lentillas, unas pruebas y a la semana siguiente de las pruebas ya se puede uno operar, si los ojos lo permiten. Tan sólo hay que limpiarse los ojos esa semana y tomar tranquilizantes antes de la operación.

La operación apenas dura 5-10 minutos. Apenas hay preparación de antes, y todos los pacientes van pasando en cadena.

La primera parte consiste en cortar un círculo de la córnea, sin llegar a separarlo (un trozo queda sin cortar). Resulta algo tremendamente doloroso. Aunque pongan una pequeña anestesia, no quita el dolor. Te aprietan fuerte con un instrumento metálico mientras una máquina se acerca hasta que se pega el ojo con gran fuerza, llegandose a quedar uno sin ver nada por unos momentos. Hay parte que no la recuerdo de lo traumática que resulta. Intervienen por lo menos 5 personas, y la que más se agradece es la que te sujeta para que aguantes.

Después, la segunda parte, en otra camilla distinta, se aplica el laser manteniendo levantado el trozo de cornea que se ha cortado. A una distancia de unos 35 centímetros, te ponen un aparato con 3 luces rojas en fila, y hay que mirar a la luz central. Con el primer ojo no me costó mucho, pero con el segundo no era capaz. Me distraía la luz de la derecha y se me iba el ojo a ella.

No sé por qué a mi cerebro le distraen tanto las luces que están en el campo de visión periférico, que mueve los ojos para allá. El otro día en el cine, unos padres consideraron que como no tenían dónde dejar al niño, le metían en la sala y que se pusiera a jugar con la Nintendo. Me pasó lo mismo, no era capaz de concentrarme en la película y tenía que tapar como fuera esa luz.

Bien, pues en este caso, la máquina que me retocaba el ojo no puede funcionar si no se mira a la luz (obviamente). Pero está preparada para el caso de que muevas la mirada, y entonces se para la máquina. Una vez te piden mirar a la luz central, vuelven a poner la máquina y continua. Pero me volvió a pasar una y otra vez, no era capaz de mirar a la luz central. Al final conseguí mantener un rato la mirada y que la máquina acabara. Supuestamente la máquina está preparada y no pasa nada. Pero aún así me mosquea, porque no fue ni una ni dos veces, sino unas cuantas.

Una vez terminado, te cierran el trozo de cornea recortado y lo sujetan con una especie de puntos. Entonces toca ir a casa y estar con los ojos cerrados para aguantar el dolor. Duelen como si quemaran, porque en realidad los han quemado con el laser.

La primera cosa falsa respecto a lo que tenía entendido sobre esta operación es que no dolía prácticamente. Duele tantísimo que de haberlo sabido igual no me hubiera decidido. En el momento de dolor uno se arrepiente, aunque con el tiempo uno acabará agradeciendo haber sido capaz de aguantar eso.

La segunda falsedad, es que uno sale viendo bien, y al día siguiente puede ir a trabajar. Al día siguiente, uno ve fatal. Aunque lo curioso es que uno es capaz de reconocer las letras que pregunta el oftalmólogo, viendose fatal. Sabes que letra es, pero dan ganas de no decirla a ver si se cree que la ves bien.

A los dos y tres días se sigue viendo mal. Al cuarto se empiezan a ver cosas bien, pero aún así, tampoco son cuatro días como algunos dicen. La visión al cuarto día es una mierda, aunque se vea algo. A partir del quinto día ya la cosa va mejor y ya puede uno conducir e incluso jugar bien jugar a los dardos, aunque quedan todavía defectos de visión, se puede decir que uno ya ve bien.

Hasta que no pasa una semana no ve uno realmente bien. Aunque permanecen unas cuantas semanas más, con muy lenta mejoría, los defectos de visión. En mi caso el único defecto que tengo es que en las luces veo una línea hacia abajo, de tamaño considerable (cada semana un poco menos). Afortunadamente no veo halos alrededor de las luces, lo cual es un defecto bastante común del que afortunadamente me he librado.

De la fuerza de la máquina dolorosa que te corta el trozo de córnea, uno se queda con unos bonitos hematomas que van desapareciendo poco a poco con el tiempo. Esta ha sido mi evolución cada 5-7 días:


Todavía me queda una línea de sangre alrededor de la circunferencia en el ojo izquierdo (derecha de la foto), que evoluciona bien, pero lentamente.

Por cierto, para hacerse uno una foto a si mismo, utilizando un espejo, es tontería hacer la foto hacia el espejo. Lo que importa es ver la pantalla, así que mejor apuntar a uno mismo, y observar la pantalla en el espejo.













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