
Esta es la propaganda que existe en el Metro de Londres. No escuchar música con los auriculares altos.
Aquí en Madrid, la cosa está mucho peor. Desde hace tiempo nos encontramos con individuos que siquiera utilizan auriculares. Utilizan directamente altavoces. Los cuales dicho sea de paso, suelen ser pequeños, de teléfonos móviles y de escasa potencia, por lo que al no estar destinados a dicho uso, la música se oye cómo el culo.
El otro día, volviendo de Móstoles con las bicis, nos tocó sufrir esto.
Creo que al principio eran dos personas distintas en el vagón, pero una de ellas lo quitó en cuanto nos quejamos.
La otra, cuando Alvaro le dijo "Oye, por favor, podeis quitar la música", no sólo no la quitó, sino que contestó algo que encabrona todavía más "Pues si no te gusta te tapas los oídos".
A mí eso sí que me tocó los cojones de verdad y entonces abrí la boca. Pero nada, no hubo manera de hacer razonar, nos tocó jodernos todo el viaje, impotentes de no poder hacer nada.
La individua en cuestión tenía pinta de sudamericana, y según comentamos después, probablemente iba buscando que la tacharamos de dicha condición, para ponernos a nosotros en el lugar de malos y racistas.
Así que lo más que pudo reprocharnos era que no nos hubieramos aseado antes de coger el tren (¿existen duchas en las estaciones?) y de que tuvieramos la cara roja (cangrejitos nos llamó).
Lo que me pareció lamentable es que al resto de los pasajeros del tren, aunque les importara tanto cómo a nosotros, nadie fue capaz de apollarnos.
Es una lástima no poder hacer nada en estos casos, y peor aún, que parece ser que no se recoja nada de esto en el reglamento de viajeros, por lo que aunque nos hubieramos encontrado con algún interventor o guardia de seguridad, no hubieran hecho nada.
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